A continuación, el relato escrito en el marco del módulo Contexto de la animación socio cultural. Se nos pidió que a partir de lo que nos evocase la palabra agente, escribiésemos un relato en el que a modo de metáfora lo comporasemos con las funciones del animador/a sociocultural como agente de intervención.
Entre otras muchas características sobretodo tenía motivació, implicación, habilidades comunicativas, de resolución de conflictos, capacidad de liderazgo, madurez personal, honestidad, conocimiento de la normativa y un largo etcétera. ¿Qué podía ser lo que fallaba? -Se preguntó la agente IS-
Entonces levantó la vista y
observó la frase que presidía la puerta de su despacho: “Como bandera el
derecho a ser diferentes en igualdad de condiciones” y se dio cuenta del error.
Pese a fomentar las relaciones en los grupos, instituciones, en la comunidad,
fomentar la participación, las relaciones interpersonales, y en definitiva, ser totalmente correcta en el desempeño de sus
funciones, se había olvidado de lo más importante:
la empatía. Una de las chicas del grupo que le habían asignado tenía discapacidad
física, y no lo había tenido de todo en cuenta a la hora de desarrollar las
actividades y dinámicas. Con fuerza y
energías renovadas se sumergió en sus papeles, cogió sus bolígrafos y se puso a
diseñar de nuevo, teniendo siempre en
cuenta la accesibilidad universal. El brillo del ordenador de su mesa iluminaba
su rostro en la oscura habitación y dejaba ver su mirada de ilusión. En sus ojos
se podían ver reflejados los datos de un curso online sobre diversidad funcional
al que se acababa de apuntar, continuando con la formación permanente y
actualización constante necesaria para ser la mejor versión de sí misma.
Este planteamiento me ha parecido una genial idea a todos los niveles, pues el propio hecho de enfocarlo a la publicación en este blog, supone una conexión e interelación entre módulos muy interesante. A un nivel más personal, comentar que entronca directamente con uno de los própositos que me había marcado para este 2018 (o dos, ya que repercute en mi motivación respecto al trimestre y el ciclo). Tanto cuando lo propuso Carmen como ahora que por fin lo he acabado, me encuentro muy contenta y orgullosa.
En su solitario despacho,
acumulaba ficheros con todos sus casos, aquellos resueltos, los retirados…
niños, niñas, adultos, personas mayores, todo tipo de personas pero siempre
grupo,era su especialidad.
En sus 10 años de profesión no había caso que hubiese dejado sin respuesta. Sin embargo parecía que este se le estaba resistiendo al Agente IS, agente de Intervención Social.
Repasó poco a poco cada detalle
del caso y revisó las acciones que había puesto en marcha. Había tenido en
cuenta los aspectos éticos, como la confidencialidad, la intimidad y el
consentimiento. También las aptitudes personales y profesionales. Era
responsable, creativa, y con muchos años de formación y experiencia en su
ámbito. Así que ese no era el problema.
Entre otras muchas características sobretodo tenía motivació, implicación, habilidades comunicativas, de resolución de conflictos, capacidad de liderazgo, madurez personal, honestidad, conocimiento de la normativa y un largo etcétera. ¿Qué podía ser lo que fallaba? -Se preguntó la agente IS-
Este planteamiento me ha parecido una genial idea a todos los niveles, pues el propio hecho de enfocarlo a la publicación en este blog, supone una conexión e interelación entre módulos muy interesante. A un nivel más personal, comentar que entronca directamente con uno de los própositos que me había marcado para este 2018 (o dos, ya que repercute en mi motivación respecto al trimestre y el ciclo). Tanto cuando lo propuso Carmen como ahora que por fin lo he acabado, me encuentro muy contenta y orgullosa.
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